Lugares pedagógicos: el colegio de Nuestra Señora de Santa María de Antonio Fernández Alba.

  1. Senra, Ignacio
  2. Valdivieso, Alejandro.
Buch:
Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Análisis Crítico de una obra
  1. Teresa Couceiro Núñez (coord.)

Verlag: Fundación Alejandro de la Sota

ISBN: 978-84-608-7409-6

Datum der Publikation: 2016

Seiten: 807-820

Kongress: Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española (3. 2016. Madrid)

Art: Konferenz-Beitrag

Zusammenfassung

El Colegio Nuestra Señora de Santa María, proyectado por Antonio Fernández-Alba en 1959 y construido en 1961 en el Parque Conde de Orgaz en Madrid, representa un ejemplo de la arquitectura contemporánea española que, al concluir la década de 1950, anticipaba el creciente agotamiento de las formas derivadas del movimiento moderno. En él se recogen simultáneamente rasgos de un racionalismo recuperado después de la primera posguerra con elementos de tradición vernácula, e influencias organicistas tanto nórdicas como wrightianas. El proyecto, desarrollado en colaboración con los profesores María Josefa Benitez y Many Segura, y el escultor Martín Chirino, fue el resultado de un concurso, en el que la otra propuesta barajada fue presentada por Alejandro de la Sota mientras estaba trabajando en el gimnasio del colegio Maravillas. La atención que Fernández-Alba prestaba a cuestiones sociológicas, su desconfianza en la autonomía disciplinar y su preocupación por la evocación, y hasta la metáfora, sobre la rigidez de un funcionalismo excesivamente riguroso, encajaban con el proyecto y las preocupaciones de la naciente institución. Como el propio Fernández-Alba reconoce, el colegio se desarrolla en una época de fractura, en la que un nuevo proyecto pedagógico, que encuentra sus raíces en la Institución Libre de Enseñanza, aspira a presentarse como alternativa al programa ideológico y educativo del régimen existente. El entusiasmo de la nueva institución, concuerda con el de un joven Fernández-Alba, apenas recién salido de la escuela, pero que ya dejaba claro su preocupación por las cuestiones pedagógicas y docentes, como bien quedará demostrado desde entonces, con su incorporación, precisamente en 1959, como profesor ayudante a la cátedra de construcción en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Si bien en el colegio del Parque Conde de Orgaz se aprecia todavía un cierto repliegue racionalista, será en el Colegio Monfort de Loeches, Guadalajara, proyectado en 1962 y construido entre 1964 y 1965, donde Alba pueda madurar gran parte de los planteamientos que ya se ven en Santa María y que como bien se ha podido comprobar, acabarán produciendo una fértil y larga reflexión en sus proyectos dedicados a edificios escolares y universitarios, como serán los prototipos de escuelas desarrollados posteriormente, o los distintos edificios universitarios en los que trabajará a lo largo de su carrera. La arquitectura del colegio, siendo la obra de Santa María un primer ejemplo, se concibe pues desde el proyecto educativo, entendiendo que su función fundamental es la transmisión de la cultura y el conocimiento de uno mismo, de su cuerpo y de la naturaleza, poniendo así de manifiesto el compromiso establecido entre el programa pedagógico y el arquitectónico. La búsqueda de espacios adaptables al trabajo más privado o a aquel de mayor contenido social y formativo, la atención a la escala del niño, la relación directa con el entorno y el medio natural, la fragmentación y el carácter doméstico del edificio, sirven para construir un lugar donde el niño se sienta seguro y autónomo para recorrer su propio camino a través de "cultivar la interrogación", o lo que es lo mismo, del aprendizaje.